Madrid/México, 25 de septiembre de 2024. España ha decidido no participar en la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ocupar la Presidencia de México, programada para el 1 de octubre de 2024. La decisión responde a la “inaceptable exclusión” del Rey Felipe VI de los actos oficiales, según anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores español en un comunicado emitido la noche del 24 de septiembre.
El Ministerio explicó que, si bien las autoridades mexicanas invitaron al Gobierno español a asistir a la histórica ceremonia, no extendieron la invitación al monarca, quien tradicionalmente lidera la delegación española en eventos de este tipo. “El Gobierno de España considera inaceptable la exclusión de Su Majestad el Rey Felipe VI en la toma de posesión de un país con el que mantenemos profundos lazos históricos, culturales y económicos”, señala el comunicado.
La exclusión del Rey: un punto de inflexión diplomático
Esta situación ha generado tensiones diplomáticas entre España y México, dos países que, pese a mantener relaciones estrechas, han experimentado altibajos en los últimos años. Las relaciones entre ambos países se han visto afectadas desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia en 2018. El mandatario mexicano ha hecho diversas críticas hacia España y ha insistido en que la Corona española debería disculparse por los abusos cometidos durante la colonización. Aunque el gobierno español ha respondido en varias ocasiones que no corresponde pedir disculpas por hechos ocurridos hace más de 500 años, la relación se ha mantenido distante desde entonces.
La exclusión del Rey de la ceremonia de Sheinbaum se interpreta en algunos círculos diplomáticos como una continuación de la postura crítica del gobierno mexicano hacia la monarquía española. “Es un desaire sin precedentes en la historia reciente de las relaciones bilaterales”, comentó un alto funcionario del Ministerio de Exteriores que prefirió mantener el anonimato.
Respuesta de México
El Gobierno de México, por su parte, no ha emitido una declaración oficial hasta el momento, aunque algunas fuentes cercanas a la presidencia han señalado que la decisión de no invitar a Felipe VI no está relacionada con animosidades hacia la monarquía, sino que responde a un “ajuste en el protocolo”. Se especula que la ceremonia tendrá un formato más reducido, con un enfoque en la política interna y menos énfasis en la representación de dignatarios internacionales.
No obstante, expertos en política exterior señalan que esta decisión podría ser interpretada como una forma de reafirmar la postura soberanista de México, alejándose de ciertos protocolos diplomáticos establecidos y buscando una mayor independencia en su política exterior.
Un precedente de tensiones
Este no es el primer roce diplomático entre México y España en los últimos años. En 2021, López Obrador pidió públicamente al Rey Felipe VI y al Papa Francisco una disculpa formal por los agravios cometidos durante la Conquista. En respuesta, el Gobierno español reiteró que no era el momento de reabrir heridas históricas y que la relación entre ambos países debía centrarse en el futuro. Este cruce de declaraciones tensó temporalmente las relaciones bilaterales, aunque se esperaba que la situación se calmara con la llegada de Sheinbaum a la presidencia.
Sheinbaum, exjefa de gobierno de la Ciudad de México y figura clave dentro del partido gobernante Morena, es conocida por su enfoque progresista y su cercanía con López Obrador, por lo que algunos analistas consideran que su política exterior podría alinearse con la visión soberanista de su predecesor.
Reacciones en España
La decisión de no asistir a la ceremonia ha generado diversas reacciones dentro de España. Algunos sectores del Gobierno español han respaldado la postura de Exteriores, subrayando que se debe preservar la dignidad de la monarquía como representante del Estado español. “No podemos permitir que se menosprecie a la figura del Rey, que es un símbolo de nuestra nación y de nuestras relaciones internacionales”, comentó una fuente cercana al Palacio de la Zarzuela.
Por otro lado, algunos políticos de la oposición han cuestionado si la decisión de no asistir podría tener consecuencias negativas en las relaciones comerciales y diplomáticas con México, uno de los principales socios de España en América Latina. “Es importante mantener el diálogo y la cooperación con México, más allá de las diferencias ideológicas o protocolarias”, señaló un representante del Partido Popular (PP).
Implicaciones para el futuro de las relaciones
La exclusión del Rey Felipe VI de un evento tan relevante como la toma de posesión de un nuevo presidente marca un momento complicado en las relaciones diplomáticas entre España y México. Algunos expertos consideran que este hecho podría sentar un precedente que afecte futuras interacciones entre ambos países, especialmente en temas de cooperación económica, comercial y cultural.
España ha sido históricamente uno de los principales inversionistas en México, con empresas españolas dominando sectores clave como la energía, las telecomunicaciones y la banca. Aunque el actual gobierno mexicano ha buscado diversificar sus relaciones económicas hacia otros socios internacionales, la relación con España sigue siendo crucial para la economía mexicana.
La toma de posesión de Claudia Sheinbaum
Claudia Sheinbaum asumirá la presidencia de México en una ceremonia que marcará un hito en la historia política del país, al convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo. La política de Morena ha prometido continuar con las reformas progresistas iniciadas por López Obrador y fortalecer la política exterior independiente de México.
Sin embargo, este primer desencuentro diplomático con España podría poner a prueba su capacidad para gestionar relaciones internacionales complejas, especialmente con un país que ha sido un aliado tradicional de México en varios frentes.
La exclusión del Rey Felipe VI de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum ha generado un significativo revuelo en las relaciones entre España y México. Mientras España considera inaceptable el desaire, México aún no ha ofrecido una explicación oficial sobre su decisión. Queda por ver cómo evolucionará este episodio en el marco de las relaciones bilaterales, que ahora enfrentan uno de sus momentos más delicados en años.