El Ministerio de Sanidad ha presentado este jueves un borrador que podría marcar el regreso del uso obligatorio de mascarillas en España durante la temporada de virus respiratorios, dependiendo de la situación epidemiológica en cada región.Un sistema de cuatro niveles de riesgo, similar al “semáforo” que se empleó durante la pandemia del COVID-19, para regular medidas como el uso de mascarillas en espacios públicos y establecimientos comerciales.
La propuesta ha generado un debate en la sociedad española, con opiniones divididas tanto en la calle como en las redes sociales, mientras el Gobierno busca evitar la saturación de hospitales y centros de salud como ocurrió durante el invierno pasado, cuando la alta incidencia de gripe y coronavirus puso al sistema sanitario al borde del colapso.
Criterios para el uso de mascarillas
El borrador, presentado por la ministra de Sanidad, Mónica García, establece que la decisión de reintroducir las mascarillas dependerá de varios indicadores clave, entre los que destacan la tasa de incidencia y hospitalización, el riesgo de transmisión, el número de ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y la letalidad del virus en cada territorio.
Para evaluar estos indicadores, se utilizarán datos de centros como el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda en España (SiVIRA), el registro de procesos de incapacidad temporal (IT), el sistema de control de aguas residuales y el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo). La evolución de estos indicadores será crucial para determinar el nivel de riesgo en cada comunidad autónoma y las medidas que deben implementarse.
Los cuatro escenarios de riesgo
El principal objetivo del plan es “asegurar la coordinación” entre las comunidades autónomas, aunque cada gobierno regional tendrá la posibilidad de implementar medidas complementarias según considere necesario. Para ello, el Ministerio de Sanidad ha establecido cuatro posibles escenarios de riesgo:
Escenario 0 (bajo riesgo): En este nivel, se recomienda centrarse en medidas de higiene y prevención básicas. No se contemplan restricciones significativas, pero se insiste en la importancia de mantener buenos hábitos de salud.
Escenario 1 (riesgo moderado): En esta fase, las mascarillas serán recomendadas en zonas vulnerables dentro de los centros de atención sanitaria. Además, se sugiere que las personas con síntomas limiten su contacto con los demás y mantengan estrictas medidas de higiene durante al menos cinco días después del inicio de los síntomas.
Escenario 2 (alto riesgo): Aquí, se promueve el diagnóstico temprano y el uso de antivirales cuando sea necesario. El uso de mascarillas será obligatorio para todos los pacientes y sus acompañantes en áreas como salas de espera y urgencias. Asimismo, se impondrá el uso de mascarillas en supermercados, tiendas, residencias de ancianos, teatros, gimnasios y actividades masivas al aire libre.
Escenario 3 (muy alto riesgo o posible pandemia): En este nivel, se activarían medidas adicionales, incluyendo la convocatoria extraordinaria del Consejo Interterritorial de Salud para reforzar la coordinación a nivel nacional. En esta fase crítica, las restricciones podrían ampliarse considerablemente para contener el avance del virus.
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Participación de las comunidades autónomas y medidas adicionales
El borrador también contempla la posibilidad de que las comunidades autónomas jueguen un papel activo en la recomendación de medidas como permisos laborales a corto plazo o, si es necesario, la implementación del teletrabajo para frenar la propagación de infecciones respiratorias.
Además, las autonomías tendrán la potestad de ordenar el uso de mascarillas en aquellos lugares donde no se pueda mantener la distancia de seguridad. Sin embargo, a pesar de la presentación de este plan, la Comisión de Salud Pública ha pospuesto la decisión final sobre las medidas hasta noviembre, ya que no se ha alcanzado un consenso sobre el borrador en la reunión inicial.
Opiniones divididas y expectativas
El debate sobre el regreso de las mascarillas ha provocado una variedad de reacciones. Mientras algunos consideran que es una medida prudente para evitar una nueva ola de hospitalizaciones, otros se muestran reacios a su implementación, argumentando que se trata de una medida excesiva, especialmente cuando gran parte de la población ya ha sido vacunada contra el COVID-19.
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Por su parte, el Ministerio de Sanidad insiste en que estas propuestas son necesarias para prevenir que el sistema de salud vuelva a colapsar durante los meses de invierno, cuando los virus respiratorios tienden a propagarse más fácilmente.