En su más reciente acto de campaña, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó una nueva ola de controversia al sugerir que los inmigrantes indocumentados que cometen homicidios poseen “malos genes”. Este comentario, realizado durante una entrevista radiofónica, refleja la retórica incendiaria que el exmandatario ha empleado a lo largo de su carrera política para avivar temores en torno a la inmigración y reforzar su postura contra los inmigrantes indocumentados.
Trump, quien se encuentra en plena campaña presidencial para 2024, reiteró su habitual tergiversación de las estadísticas sobre la relación entre inmigración y delincuencia, y arremetió directamente contra la vicepresidenta Kamala Harris. El expresidente acusó falsamente a Harris de permitir la entrada al país de 13.000 personas que, según él, serían asesinos, en lo que describió como una consecuencia de la política de “fronteras abiertas” que atribuye al actual gobierno.
“Un asesino, ahora lo creo, lo lleva en los genes. Y tenemos malos, muchos malos genes en nuestro país ahora mismo”, afirmó Trump durante la entrevista, avivando nuevamente el debate sobre la narrativa deshumanizadora que ha utilizado en relación con la inmigración ilegal.
Un patrón de retórica deshumanizadora
Este tipo de declaraciones no es nuevo en la campaña de Trump, quien ha utilizado repetidamente un lenguaje despectivo para referirse a los inmigrantes indocumentados. Durante su primer mandato, el exmandatario ya había empleado términos como “violadores” y “criminales” para describir a quienes cruzaban la frontera de manera ilegal. En esta ocasión, sus comentarios parecen haber alcanzado un nuevo nivel al hacer referencia a la genética como una justificación de la criminalidad.
A lo largo de su carrera política, Trump ha recurrido frecuentemente a un discurso incendiario para atacar a los inmigrantes, presentándolos como una amenaza para la seguridad nacional y la estabilidad social de Estados Unidos. En el pasado otoño, el expresidente declaró en otra entrevista que los inmigrantes indocumentados estaban “envenenando la sangre” del país, una frase que resonó profundamente en sectores críticos y activistas de derechos civiles, quienes lo acusaron de emplear una retórica supremacista.
Varios grupos de derechos humanos han condenado enérgicamente este tipo de lenguaje, señalando que el uso de expresiones vinculadas a la pureza de la sangre y la genética recuerda a discursos xenófobos y racistas de épocas pasadas, como el utilizado por movimientos nativistas y supremacistas blancos. A pesar de ello, Trump ha continuado haciendo estas referencias en sus discursos públicos y actos de campaña.
Críticas hacia Kamala Harris y falsas afirmaciones
En su más reciente intervención, Trump también dirigió fuertes críticas hacia la vicepresidenta Kamala Harris, a quien responsabilizó de una supuesta política de fronteras abiertas, que según él ha permitido la entrada al país de miles de criminales. Sin embargo, esta afirmación es falsa, ya que no existe evidencia que respalde la cifra mencionada por el expresidente.
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Además, Trump insistió en una narrativa en la que equipara inmigración con criminalidad, a pesar de que varios estudios han demostrado que los inmigrantes indocumentados no son más propensos a cometer delitos violentos que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos. Estas tergiversaciones de las estadísticas se han convertido en una herramienta recurrente en los discursos de Trump, especialmente en el contexto de su agenda de inmigración y seguridad fronteriza.
Trump también ha utilizado teorías conspirativas infundadas en sus ataques a los inmigrantes. El año pasado, sugirió en una entrevista que inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, estaban “comiéndose a los animales domésticos”, una afirmación que fue rápidamente desmentida por las autoridades locales y los defensores de los derechos de los inmigrantes. Estos comentarios, considerados racistas por muchos, reflejan la estrategia de Trump de avivar el miedo entre sus seguidores, presentando a los inmigrantes como una amenaza inminente para la comunidad.
Referencias a la genética y la teoría del “caballo de carreras”
Los comentarios de Trump sobre los “malos genes” de los inmigrantes que cometen homicidios no son aislados. En campañas anteriores, el expresidente ha hecho varias referencias a la genética para sugerir que algunos grupos de personas tienen una predisposición superior o inferior. En un mitin de 2020 en Minnesota, Trump elogió a sus seguidores diciendo: “Ustedes tienen buenos genes. Mucho tiene que ver con los genes, ¿no creen? La teoría del caballo de carreras”.
La teoría del “caballo de carreras” a la que Trump se refirió proviene del ámbito de la cría selectiva de caballos, donde se cree que la selección de líneas genéticas superiores produce caballos más rápido